Para John Kerrigan, que escribe las palabras iniciales de
Nation, State, and Empire in English Renaissance Literature: Shakespeare to Milton (2003), del profesor Willy Maley, destaca en él: “…the mix of Irish and Scottish themes in his work (his sense of how significantly they interact)” (Kerrigan, 2003: xi)
[1]; lo que lo haría un texto mixto en lo geográfico. Maley -identificado intelectualmente con la izquierda británica, en la tradición de Raymond Williams- se mostraría cercano en este libro al movimiento de la “new British history”, partiendo de sus posiciones para entender el Renacimiento literario (xii); así como también haría uso del lenguaje de la teoría postcolonial (xiii) y de la divisa de que “…to work in the field he has chosen is always a political act” (xvii). En lo teórico y en lo metodológico, el de Maley sería también un texto de mixturas.
Luego de este abordaje inicial que la lectura de Kerrigan nos permite, reseñaremos el primer texto propiamente dicho del libro de Maley: “Introduction: Fostering Discussion? From the Irish Question to the British Problem by Way of the English Renaissance”, en el que el autor declara personalmente haber recibido influencias del marxismo, la deconstrucción, el postcolonialismo y la Nueva Historia, y en el que subyace la hipótesis de que, en particular, la historia inglesa provee un útil punto de inicio para cualquier intento de mapear las representaciones literarias de la identidad británica en el período de la modernidad temprana (Maley, 2003: 2):
The essays collected here fasten upon the texts, minor and major, of key figures in the English Renaissance. In their discussions of drama and prose written between 1590 and 1650, a crucial formative period in the history of the British state, these essays, taken collectively, signal a shift in studies of nation, state and empire in the early modern period. That shift is from a preoccupation with Ireland as the exemplary site of English colonial activity, towards a recognition of the complex ways in which a problematic British identity is worked out -rehearsed, resisted, revised- in the texts of some of the most influential writers of the sixteenth and seventeenth centuries (3)
“’This sceptred Isle’: Shakespeare and the British Problem”, constituye el primer capítulo de
Nation, State, and Empire y, según su autor, ofrece un panorama de los asuntos literarios e historiográficos que motivan esta colección de ensayos en su conjunto. El texto parte de la representación teatral
This Sceptred Isle, que tuvo lugar en el verano de 1941 –en pleno ambiente de guerra- en el Westminter Theatre, en Londres; producida por G. Wilson Knight, importante crítico de Shakespeare y con el subtítulo ‘Dramatisation of Shakespeare’s Call to Great Britain in Time of War’. El análisis de Maley, que parte del “revue” mencionado, de otros escritos de Knight, de la crítica publicada en torno al espectáculo mencionado y de textos del propio Shakespeare (
King John,
The Tempest,
Cymbeline,
Henry V,
Henry VIII,
King Lear,
Macbeth,
Richard II, etc.), lo lleva a plantear en un primer momento que: “We find an elaboration of the British Problem in the plays of Shakespeare, works which, due to their position within the canon of English, are read historically as a contribution to the making of a national literature rather than the critique of a multinational state. Indeed Shakespeare’s texts offer a much more fragmented picture of British politics than that adumbrated by some radical English critics” (9). Como conclusión de este primer ensayo, podríamos afirmar con Maley que:
History is not to be found exclusively in the histories, nor do we have to confine the question of contemporary reference to that allusion to Essex’s Irish venture by the Chorus in
Henry V. The politics of genre - and the question of history’s relation to the present - is rather more complex than the accepted classification of the plays will allow. By categorising as tragedies those later histories which deal with an earlier period in the development of the British polity, we deprive them of their historical specificity (28).
El segundo capítulo se titula “Postcolonial
Cymbeline: Sovereignty and Succession from Roman to Renaissance Britain” y en él se articulan los paradigmas críticos de la teoría poscolonial y de la Nueva historia británica, para acercarse a la pregunta sobre el “problema británico” en el siglo XVII. La hipótesis al respecto es que: “Drawing on postcolonial theory, specifically the notion of mimicry, I shall argue that the process of national liberation in early modern England involves a repetition of the colonial project, a common feature of postcolonial discourse. This act of repetition, relished and resisted in equal measure, is implicit in Shakespeare’s Roman/ British play” (31). Aunque son leídos varios textos, es el drama titulado
Cymbeline el que ocupa la atención central en esta parte, focalizada en las nociones de nacionalidad.
El capítulo 3 “Shakespeare, Holinshed, and Ireland: Resources and Con-texts”, toma dos fragmentos de la sección irlandesa de las
Chronicles (1587) de Holinshed, e intenta mostrar como estos son adaptados por Shakespeare e incorporados en dos de sus más conocidos dramas:
Richard II y
Henry V, haciendo evidente de ese modo que: “Shakespeare appear less English, and certainly less anglocentric, than his critics have hitherto allowed (4). Los dos textos a analizar son la traducción que realizó John Hooker de
The Conquest of Ireland (1188-1189), de Giraldus Cambrensis y “A Plaine and Perfect Description of Ireland”, una colección de materiales topográficos, históricos y anecdóticos realizada por Richard Stanyhurst.
“Forms of Discrimination in Spenser’s
A View of the State of Ireland (1596; 1633): From Dialogue to Silence”, el capítulo 4, procede a realizar un seguimiento en detalle de la confusa cartografía cultural de Edmund Spenser (1552-1599), explorando –según Maley- un complejo geográfico de diferencias en el cual lo irlandés es desplazado, colocado fuera de lugar y finalmente forzado completamente fuera del mapa. Este capítulo constituiría un punto de giro del libro, en que el autor se concentra en mapear detalladamente el contexto irlandés en un poeta que pasó la mayor parte de su vida productiva en Irlanda.
A View asume la forma del diálogo, lo cual no necesariamente implica una conversación amable o una discusión: “For Roland Smith, Spenser’s choice of form is a means of juxtaposing or opposing Ireland’s present state with its desired condition, so that the ‘dialogue form emphasizes his strong inclination to draw contrasts between the reality of his Irish surroundings and the more ideal conditions which his proposed reforms would bring about’”
[2] (66). El ensayo de Maley se ha propuesto demostrar como: “Spenser’s English-oriented ethnogenesis, his concern with the Scythian connection as a way of asserting New English supremacy, reveals a preoccupation with the present, and with discrediting Spanish and Scottish claims to Ireland rather than debasing the Irish ‘themselves.’” (90)
El próximo capítulo, “’Another Britain’: Bacon’s
Certain Considerations Touching the Plantation in Ireland” (1606; 1657)” trata sobre Francis Bacon (1561-1626), uno de los más importantes ensayistas y teóricos políticos del renacimiento inglés. El texto analizado es
Certain Consideración Touching the Plantation in Ireland (1609; 1657), un ensayo corto de aproximadamente 4500 palabras, leído por Maley en relación con el debate en torno a la formación de la identidad británica que se realiza en el poco conocido tratado de Bacon, condicionado por la ubicación de sus puntos de vista sobre la plantación en Ulster al final del siglo diecisiete.
La lectura del drama histórico de John Ford titulado
Perkin Warbeck (1633) – la historia de un pretendiente que trata de usurpar el trono de Henry VII, rey de Inglaterra y Gales- es el objeto del sexto capítulo: “Fording the Nation: Abridging History in
Perkin Warbeck (1633)”. Maley ha analizado aquí como
Perkin Warbeck marca el regreso del drama histórico del tipo que era practicado por Shakespeare: “What makes Perkin Warbeck ‘British’ in a way that Shakespeare’s English histories are not is Ford’s subtle and varied use of the so-called Celtic fringe of a state that was sufficiently established by the 1630s to be feeling its first tremors, especially from Scotland, where key stages of its action unfold” (5). El capítulo final se titula “Milton’s
Observations (1649) and ‘the complication of interests’ in Early Modern Ireland”, y en él, según Maley: