Sunday, October 18, 2009

Simposio de 2009: Estudios culturales en las Américas: compromiso, colaboración, transformación


University of California, Davis / Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá.
Fecha: lunes-martes-miércoles 26-27-28 de octubre de 2009.
Hora: 4:00-7:00 PM.

Lugar: 126 Voorhies (entrada libre)

Conferencistas en Davis: Catherine Walsh, Universidad Andina Simón Bolívar, Quito; José Manuel Valenzuela Arce, Colegio de la Frontera Norte, Tijuana y Patricia Fumero, Universidad de Costa Rica, San José.

Conferencistas en Bogotá: José Jorge de Carvalho, Universidad de Brasilia; Ricardo Kaliman, Universidad Nacional de Tucumán y Gisela Cánepa, Pontificia Universidad Católica, Lima.

Comentaristas en Davis: Estelle Tarica, UC Berkeley; Rosa Linda Fregoso, UC Santa Cruz y Maylei Blackwell, UCLA.

Comentaristas en Bogotá: Eduardo Restrepo, Pontificia Universidad Javeriana; Marta Zambrano, Universidad Nacional de Colombia y Beatriz Ocampo, Universidad Nacional de Santiago del Estero (Argentina).

Descripción del simposio:

En años recientes han tomado mayor relevancia los cuestionamientos realizados desde el campo de los estudios culturales a las diversas disciplinas pertenecientes a las humanidades y ciencias sociales. Además de lo cual, este proyecto intelectual ha establecido, con cierta velocidad, sus propios espacios institucionales, tales como programas de posgrado, series de libros, congresos y coloquios, revistas especializadas, etc. tanto en América Latina como dentro de los campos de estudios latinoamericanos y estudios latinos en los Estados Unidos (igual que en otros lugares: Canadá, Europa, Australia, etc.).

Los estudios culturales en el contexto de las Américas, fenómeno inherentemente transnacional, han sido particularmente sensibles a los debates en torno a las jerarquías del saber que privilegian la academia metropolitana (en especial la producción académica que se elabora en inglés) sobre la latinoamericana. En esta misma línea, se han dado dentro del campo debates apasionados sobre cómo mantener el espíritu de las raíces izquierdistas del proyecto intelectual de los estudios culturales, el cual, según algunos, peligra al convertirse en una manifestación de consumo académico. Tanto la relación entre los saberes subalternos y el canon occidental de la teoría crítica como las alianzas colaborativas entre investigadores universitarios y movimientos sociales, organizaciones comunitarias y sociedad civil, han sido cuestiones claves en el debate.

En años recientes, el campo de los estudios culturales en América Latina ha pasado por un proceso acelerado de institucionalización, con nuevos posgrados surgiendo en todas partes del continente, la maestría en estudios culturales de la Universidad Javeriana siendo emblemática de esta tendencia. Nuevos programas de posgrado en estudios culturales en Estados Unidos (y en otras partes), tales como el doctorado de UC Davis, también se ha empezado a entrenar formalmente a latinoamericanistas en las teorías y metodologías de estudios culturales. Esta institucionalización ha exigido cierta conformidad a estructuras académicas que tradicionalmente se presentan como apolíticas, objetivas y desinteresadas, lo cual se contrasta con el compromiso político y personal de participar en el ámbito social que a menudo define la investigación en estudios culturales. Los estudiantes en estos programas pioneros se desconciertan ante estas presiones contradictorias de la urgencia política y el protocolo profesional que les hacen buscar un balance ético quizás inalcanzable.

Por lo anterior, este simposio, patrocinado y trasmitido simultáneamente por videoconferencia por la Universidad de California, Davis y la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá reunirá algunas de las figuras más prominentes en los debates sobre los estudios culturales y su relación con procesos y sujetos de transformaciones sociales y políticas, con el ánimo de abrir la discusión sobre nuevos interrogantes, los cuales, desde diferentes perspectivas se sitúan alrededor de lo que se ha llamado la vocación política de los estudios culturales.

En primera instancia, podría señalarse la posibilidad que parecería ofrecer los estudios culturales de fortalecer el vínculo entre la academia y espacios no académicos que en ocasiones son, además, espacios no institucionalizados. La importancia de este aspecto está relacionada con las expectativas que surgen alrededor de la colaboración entre espacios académicos y extraacadémicos. En este sentido surgen preguntas como:

  • ¿Cómo pueden los estudios culturales formar alianzas colaborativas productivas con la sociedad civil latinoamericana y latina desde sus espacios institucionales?
  • ¿Cómo se puede fusionar la investigación rigorosa en estudios culturales con el activismo?
  • ¿Cómo pueden emplearse los espacios institucionales para promover las agendas de movimientos y organizaciones sociales?
  • ¿Cómo pueden los estudios culturales facilitar la agencia cultural para los grupos subalternos?
  • ¿Hay alianzas productivas que puedan formarse con el sector público en el área de política o gestión cultural? ¿Debe haber más intervención de estudios culturales en contextos de gestión?

Se encuentra también el debate sobre la institucionalización de los estudios culturales, y como su acelerada inserción en la academia problematiza su disposición política. En esta línea de discusión se pueden encontrar algunos ejes que aunque presentan ciertas diferencias, están relacionados entre sí. Por un lado, está la tensión que supone la propuesta transdisciplinar de los estudios culturales frente a la necesidad que tienen las instituciones académicas de resguardar los límites y funciones de los saberes que a ellas se vinculan. Por el otro, se encuentra el malestar que genera el surgimiento de un nuevo campo de estudio de la cultura frente a tradiciones disciplinares que veían en la cultura su particular objeto de estudio. Pueden encontrarse también cuestionamientos acerca de si los estudios culturales deben integrar saberes no vinculados a la episteme occidental, y de ser así, cuál sería la forma de lograr tal articulación. Desde esta perspectiva aparecen preguntas como:

  • ¿Qué especie de oportunidades (o problemas) pedagógicas presenta la institucionalización de los estudios culturales en las Américas?
  • ¿Cómo se puede reformular el currículo de los estudios culturales, tomando en cuenta “otros saberes” americanos?
  • ¿Qué papel tiene el “pensamiento propio” de grupos no afiliados con el saber occidental en la pedagogía y metodologías de investigación en los estudios culturales? ¿Qué se debe “hacer” con el pensamiento propio?
  • ¿Cómo se debe incorporar la cuestión de la emigración/diáspora en la pedagogía de estudios culturales en América Latina?

Otro momento de la discusión se refiere al enlace entre las prácticas artísticas y el espacio configurado por los estudios culturales, desde el cual, el arte se convierte en una herramienta para potenciar el surgimiento de múltiples imaginarios que cuestionan la mirada hegemónica. A partir de esta perspectiva, la estética deviene política, puesto que el estudio que se proyecta sobre las prácticas artísticas tiene por objeto, tanto el análisis de las consecuencias políticas vinculadas a los imaginarios colectivos, como la reconfiguración de la percepción que posibilita nuevas representaciones del mundo. El vínculo entre estudios culturales y estética permite el planteamiento de las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo pueden los estudios culturales colaborar productivamente con artistas (es decir, más allá de la mera difusión)? ¿Qué papel tiene la crítica en el trato con proyectos que son a la vez políticos y estéticos?
  • ¿Hay nuevos paradigmas críticos - por ejemplo las teorías de performance - que puedan ayudar a ligar actividad académica con espacios extra-académicos?
  • ¿Cómo incorporar la creación artística (fotografía, video, performance, etc.) en los trabajos de grado y tesis doctorales?

Otro de los espacios de discusión es la relación subordinada que se presenta entre las instituciones de educación superior latinoamericanas y la academia metropolitana. Relación que se define desde imaginarios geopolíticos que dan preferencia al área metropolitana. Este aspecto de la discusión es de crucial importancia, pues este simposio tiene por objeto el fortalecimiento del dialogo en torno a los estudios culturales que atraviesa a todo el continente. Sin embargo, las circunstancias históricas que acompañan a las diferentes regiones que comprende el continente americano, las han ubicado en diversos lugares, desde los cuales, su vínculo con los estudios culturales o su preocupación por América Latina presenta enfoques no necesariamente conmensurables. Es por ello que cabe plantearse las siguientes preguntas.

  • ¿Pueden ser productivas las alianzas a larga distancia? Por ejemplo: colaboraciones entre latinoamericanistas en EEUU y movimientos sociales en América Latina, o entre académicos de instituciones latinoamericanas y comunidades de emigrantes en EEUU o en otro país.
  • ¿Cuáles son los factores (disciplinarios, lingüísticos, geopolíticos, de difusión, de comunicación, etc.) que afectan el interés desde América Latina en el tema de lo chicano/lo latino en los estudios culturales?
  • ¿Es importante redefinir “América Latina” o cultura nacional en términos transnacionales o transcontinentales para mejor incorporar cuestiones de migración/diáspora? ¿Qué estrategias se pueden emplear para desafiar jerarquías lingüísticas? Se trata no sólo del problema de la hegemonía mundial del inglés, sino también la relación entre el español y el portugués en América Latina, o el estatus de los lenguajes indígenas en las Américas.

Otra serie de preguntas trata temas de difusión y el rol del intelectual público:

  • ¿Qué estrategias de publicación y difusión de trabajo académico son las más apropiadas para fomentar colaboración y diálogo más allá de los límites de la academia?
  • ¿Cuál es el papel del intelectual público en las Américas?
  • ¿Cómo podemos dialogar en alguna configuración de la esfera pública con grupos no académicos sin que nuestra identificación institucional los intimide o subordine?
  • ¿Es factible el papel de intelectual público sólo para los profesores de planta, o con permanencia? ¿Cómo podemos proteger a los profesores más vulnerables a ser despedidos por involucrarse en contextos políticos potencialmente controversiales?

Los conferencistas, todos especialistas en los estudios culturales que han desempeñado roles significativos en la evolución del campo en diversos sitios en las Américas, presentarán una variedad de perspectivas sobre estas preguntas al debatir la dirección futura de los estudios culturales en las Américas respecto a cuestiones de compromiso político, colaboraciones con movimientos y organizaciones sociales, y participación desde espacios institucionales en transformaciones sociales y políticas.

El simposio tomará lugar simultáneamente en Bogotá y Davis el 26, 27 y 28 de octubre de 2009 por medio de una conexión de videoconferencia, con la mitad de los invitados presentando desde Colombia y otra mitad desde California.

Para asegurar la diseminación de los frutos de nuestros debates a un público amplio de estudiantes, investigadores, docentes y otros especialistas en estudios culturales, publicaremos las memorias en la revista de acceso abierto, Tábula Rasa.

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